Mi JEFE es un adicto al TRABAJO
La adicción al trabajo afecta en su mayor parte a profesionales varones entre 35 y 40 años, profesionales liberales y mandos intermedios, que utilizan su trabajo de forma compulsiva para evitar problemas afectivos en la familia o en la pareja.
España ha logrado un desarrollo económico muy fuerte en los últimos 35 años. Ha tenido grandes revoluciones como la incorporación de emigración masiva; la gestión de la diversidad cultural y étnica; la incorporación masiva de la mujer al entorno laboral; una ingente cantidad de universitarios y profesionales de alta cualificación, “los reciente llegados o jóvenes sobradamente preparados” ante una generación de profesionales con otro estilo de hacer las cosas, y el choque generacional entre ambos dentro de las organizaciones; los negocios express; el éxito y los beneficios rápidos (el boom inmobiliario y otros muchos más); la revolución de las tecnologías de la información y otros fenómenos sociales, técnicos y económicos han revolucionado el estilo de trabajo, los valores, los roles hombre–mujer, la organización del trabajo y la forma de hacer negocios e incluso de conciliar.
1. Es un profesional muy perfeccionista, con ambición y afán de éxito, individualista, con grandes dificultades para trabajar en equipo. 35-40 años, hombre, clase media-alta, suelen ser empresarios y directivos, abundan los abogados, médicos, economistas.
3. La negación es una constante. Todas las adicciones se basan en una negación, pero esta negación es más compleja porque trabajar está bien visto. Distorsionan la realidad.
4. Suelen tener una autoestima muy baja o excesivamente alta. No se aceptan como lo que realmente son, están haciendo esfuerzos imposibles para ir más lejos de lo que sus pies pueden llevarles. Están convencidos de que para ser aceptados han de ser siempre los mejores y por eso tratan de aumentar sus logros.
5. Incapacidad para relajarse, no desconectan nunca. Funcionan bien con la adrenalina muy alta. Tienen una larga lista de tareas que necesitan ser realizadas. Como el trabajo es su “gatillo” (se llama gatillo a las situaciones que desencadenan la conducta adictiva) siempre tienen el gatillo a mano y nuevas ocasiones para estimularse y segregar un chorro de adrenalina. Síntomas de abstinencia en vacaciones o fines de semana. Sensación de culpabilidad durante su tiempo de ocio.
6. Suele ir acompañada de depresión-ira.
- Interés obsesivo por conseguir objetivos.
- Deseo de competir.
- Necesidad de reconocimiento social.
- Propensión a acelerar la ejecución de cualquier tarea.
- Estado de alerta física y mental.
- Implicación aparente en múltiples actividades a plazo fijo.
A) El impositivo, trabajador ambicioso y luchador despiadado. Trabajador competitivo, necesidad de sentirse superior, trabajador culpabilizado, sobrecarga de trabajo como imperativo ético.
B) El inseguro: búsqueda continua y ansiosa de aprobación y autoestima. Trabajador aislado y solitario, con una relación profesional como sustituto de relación interpersonal.
9. Relaciones familiares y sociales muy debilitadas como consecuencia de que no hacen caso de la familia o de amigos.
Si nota usted que un profesional con el que trabaja tiene estos síntomas, puede ser un adicto a trabajo:
- Urgencia de tiempo.
-Necesidad de hacer varias tareas simultáneamente.
-Necesidad de control.
-Rigidez de pensamiento (“cerrados de mente”).
-No delegan.
-Perfeccionismo.
-Miedo al fracaso.
-Alto nivel de exigencia
-Intolerancia.
-Dificultades en las relaciones personales
- Relaciones interpersonales consideradas como una pérdida de tiempo.
-“Embriaguez” de trabajo.
- Alternancia de sobreimplicación y reducción drástica del trabajo.
- Dificultad para relajarse y divertirse
-Ocio = pérdida de tiempo.
-Obsesión por hacer
-Pérdidas parciales de memoria.
- Pérdida de memoria por atención simultánea a muchas cosas.
- Descuido de lo familiar
- Impaciencia e irritabilidad
-Tiempo = recurso muy preciado
- Impaciencia
- Irritabilidad fácil si se les hace esperar.
-Irritabilidad fácil si se abordan temas que no son de su interés.
-Déficit de autoestima.
- Baja autoestima que le empuja hacia logros, pero sólo consigue que le eleven la autoestima transitoriamente
- Inatención a las necesidades de salud
-Se hacen “dejados”.
Si usted vuelve ahora a releer las cuestiones y a rescribir sus contestaciones. Si ha decidido hacer trampas,.... es hora de pedir ayuda.
La persona no se reconoce como tal y tiene una sensación permanente de urgencia, no necesariamente ha de tener un fin de ganar dinero. En realidad la causa última es que el afectado tiene una dificultad para querer y ser querido. Le aterra el tiempo libre y cuando lo tiene se deprimen y lo peor de esto es que, debido a su posición jerárquica de liderazgo, su problema afecta a sus colaboradores desplazando su estrés hacia las personas que trabajan con ellos y exigiéndoles el mismo grado de “entrega”. Lo cual puede suponer una coerción velada.
Piense que cuando usted reconoce un problema en su empresa, cuanto antes lo reconozca, antes puede evitar los costes que ocasiona. Pero piense que puede pasar a ganar más con menos esfuerzo y piense también que hay muchas personas sobre las que usted está influyendo, presionándolas para que trabajen más horas, pero no quiere decir que con mejores resultados. Si usted tiene dificultades en casa, es asunto suyo, no de su plantilla.
2. Disminuya poco a poco las horas que usted trabaja diariamente y/o semanalmente
3. Cuide su cuerpo: coma sano, despacio y a sus horas. Descanse lo necesario y algo más. Haga ejercicio regularmente.
4. Diviértase. Vuelva a sus diversiones, ¡tiene mi permiso!
5. Vea a amigos no relacionados con su trabajo,
6. Busque asesoría profesional. Como cualquier adicción, usted no tiene todo el control. Necesita apoyo. Dispone de recursos especializados. Puede obtener una asistencia confidencial.
7. Para hallar el balance, diversifique sus intereses. Entre amigos, familia, ocio y trabajo.
Mi jefe es un workalcholic, ¿qué puedo hacer yo?
Cuando el jefe es adicto y los subordinados no tienen poder jerárquico para hacer algo al respecto, debería haber un órgano en la empresa o fuera de ella que pudiera regular la situación, un lugar donde un colaborador pueda contactar y poder pedir apoyos para reencauzar la situación. Lo normal es que uno mismo no pida ayuda, sino que son los demás, quienes sufren los efectos, quienes ven la realidad, pero no tienen poder para encauzar las cosas. Es muy necesario un mecanismo donde los subordinados puedan dar la alarma y solicitar apoyo. Por el momento, esto no existe. Queda aún mucho trabajo por delante. Es el momento justo.
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