martes, marzo 20, 2007

Hablamos cuando nuestra boca calla




En algunas ocasiones y sin saber por qué usted conoce a personas con las que conecta perfectamente y el diálogo y la forma de relacionarse con ellas es perfecta; pero otras, parece que no hay forma de entenderse o de llegar a un acuerdo. En todo esto tiene mucho que ver, lo que usted está diciendo con palabras, pero existe otro lenguaje, al que muchas veces no se presta la atención adecuada y que se manifiesta de una manera subconsciente y que habla de forma espontánea, éste es el lenguaje de su cuerpo.


Por Lola García, Directora de Soluciones Eficaces .









Resumen:



• Habitualmente las personas se preparan y se forman para saber presentar o exponer el producto o servicio que presta, pero tan importante como saber decir lo que quiere, es conectar con su audiencia


• El lenguaje corporal habla por si mismo y en muchas ocasiones, nuestras palabras, no se relacionan con lo que expresamos con gestos


• Descubra los diferentes tipos de saludos y cómo expresar con su cuerpo, lo que está expresando verbalmente


• El lenguaje del cuerpo es como el verbal, no se puede analizar de forma aislada cada gesto, sino que debe ser visto como un conjunto global.


• Conocer y usar de forma adecuada el lenguaje de los gestos, le ayudará a conectar mejor con las personas con las que se relaciona, a encontrar puntos de empatía con ellas y a mejorar su comunicación.




Hace tiempo, varios responsables de la empresa en donde yo trabajaba, me comentaban que yo tenía dotes para desarrollar tareas comerciales. La verdad, es que yo no veía cómo podían decir eso, porque la verdad es que a mi me parecía un tema muy difícil y creía no estar preparada.


Pero tanto se habló de ello, que al final me vi en el departamento comercial. Al principio, lo pasé regular - esto para intentar ser positiva - me costaba relacionarme con las personas e intentar convencerlas, de qué los servicios que les ofrecía eran, lo que ellos necesitaban.


Le cuento esto, porque al final, me metí en un curso de Técnicas de Ventas para intentar hacer mejor mi trabajo, y esto para mi, fue toda una experiencia maravillosa, que me ayudó a descubrir muchas cosas, una de ellas, el mágico mundo del lenguaje del cuerpo.


Tanto me entusiasmó que quise aprender más y empezar a investigar sobre este tema.


Yo no entendía por qué algunas relaciones eran facilísimas y otras, eran tan complicadas. Por qué en algunas reuniones me sentía cómoda y en otras, en cambio, me sentía fatal y hasta insignificante. Pero cuando comencé a conocer e investigar más sobre el lenguaje del cuerpo empecé a descubrir muchas cosas que antes, no entendía. (Mime su imagen potenciando sus valores personales)


Una de ellas fue que la comunicación humana se efectúa más mediante gestos, posturas, posiciones y distancias, que por cualquier otro método. A partir de aquí, empecé a comprender por qué en algunas ocasiones me sentía bien con una persona y en otras, me hubiera gustado desaparecer.


¿No le ha pasado en alguna ocasión, qué acaba de conocer a una persona y casi sin mediar una sola palabra, no le cae bien o por el contrario, le cae genial? Pues en esto, tiene mucho que ver el lenguaje del cuerpo. La forma en la que le saluda o le da la mano, el modo de acercarse a usted, la mirada o el tono de voz, es visualizado por su mente y sin que se haya dicho nada, usted ya se ha hecho una imagen preliminar de la persona o le condiciona, en la forma en la que se va a relacionar con ella.


Creo que un aspecto muy importante en el cuidado y atención de la imagen personal, se encuentra, en prestar atención al lenguaje del cuerpo. Conocerlo y usarlo de forma adecuada, le ayudará a conectar mejor con las personas con las que se relaciona, a encontrar puntos de empatía con ellas y a mejorar su comunicación.


En muchas ocasiones habrá oído decir que hay personas más intuitivas o que tienen más desarrollada su percepción. Desde un punto de vista técnico, nos estamos refiriendo a la capacidad para leer los mensajes no verbales de otra persona, llevándolas a comparación con las señales verbales.


Ahora imagine que está dando una conferencia, ha comenzado a hablar del tema de su disertación, que además se ha preparado con mucha ilusión y observa en el auditorio, que las personas están inclinadas y echadas hacia atrás en sus asientos, la barbilla está baja y los brazos los tienen cruzados. Nadie ha dicho a esta personas que hagan esto, pero sin embargo, lo hacen. A poco que intuya, habrá comprendido que estas personas no se están interesando para nada en su charla y habrá de dar un golpe de efecto para cambiar su actitud. A lo mejor, deberá cambiar su tono de voz o simplemente, sacarles de esa posición contándoles una anécdota curiosa o graciosa, pero lo que está claro, es que si quiere triunfar, deberá observar estas señales y modificar esa postura.


Una cuestión a tener en cuenta es que los gestos no pueden analizarse de forma aislada y que debe – leerse - dentro de un conjunto global. Como cualquier otro lenguaje, el del cuerpo tiene también palabras, frases y puntuación. Cada gesto es una palabra y ésta, puede tener varios significados. Sólo cuando la analiza dentro de una frase, sabrá el significado correcto; pues el lenguaje de los gestos es igual, debe analizar todo, qué está diciendo de palabra la persona y cómo, se está manifestando su cuerpo.


Así, por ejemplo, nos podemos encontrar diferentes significados en la mirada, que combinada con otras partes de la cara y el cuerpo expresan cosas diferentes.


La mirada de negocios se produce cuando una persona dirige sus ojos formando un rectángulo imaginario entre la frente y los ojos de su interlocutor.


La mirada social es aquella que se produce cuando ese rectángulo imaginario desciende hacia la boca.


La mirada íntima es la recorre los ojos, pasando por la boca y el mentón, para después dirigirse a otras partes del cuerpo.


La mirada de reojo, aquí es donde se usa la combinación de los ojos con otras partes de la cara, como las cejas o la boca. Esta puede transmitir interés u hostilidad a la otra persona. Así, cuando combina la elevación de las cejas o una sonrisa y los ojos, estará comunicando interés. En el caso contrario, las cejas fruncidas o hacia abajo, con las comisuras de la boca también bajas, estará diciendo a la otra persona que su actitud es crítica, la rechaza o está mostrando su hostilidad.


Para que vea que todo va en sintonía con sus sentimientos, vamos a expresar hostilidad. Váyase a un espejo, ponga una enorme sonrisa en su cara e intentan fruncir los ojos para demostrarte hostilidad ¿a qué no puede? ¿a que su sonrisa desaparece? Pruebe lo contrario y verá que tampoco.


Su cuerpo expresa con gestos, precisamente, lo que siente. Ahora combine estos gestos con palabras - siga en el espejo - ponga una gran sonrisa y empieza a decir cosas que expresen crítica y hostilidad, como: le odio, no le aguanto, etc...., ¿a que esta vez si ha podido mantener la sonrisa y decir esas cosas? Al contrario, igual. Eso demuestra, que lo en un momento determinado decimos, puede no ir unido a lo que sentimos y entonces, nuestro cuerpo expresar cosas contrarias a las habladas.


Veamos ahora otro gesto, que habitualmente usamos, como es el saludo a través del apretón de manos. Este nos dice muchas cosas de la persona que nos saluda, al igual, que dice mucho de nosotros. La forma de hacerlo es estrecharse las palmas y sacudirlas.


Lo que se transmite con este gesto se hace de forma inconsciente, pero con la práctica, usted puede modificar el gesto y decir aquello que quiere. Veamos ahora la forma en que se realiza este gesto y sus significados.


Acaba de conocer a una persona y se estrechan la mano. Una persona dominante, cuando vaya a realizar este gesto, intentará colocar la mano para situarla por encima de la suya, dejando su palma de la mano hacia arriba y demostrando así, su superioridad. Al contrario, una persona que le saluda y coloca la palma hacia arriba, dejando la suya hacia abajo, denota sumisión, pero también, puede significar que le cede el control de una situación o desea hacerle sentir bien. La posición correcta - de igualdad - es en la que ambas estrechan sus manos y las palmas entrecruzadas, quedan perpendiculares al suelo.


También nos podemos encontrar con el triturador de manos, contra esto no podemos hacer nada, estas personas nos están intentado transmitir su rudeza y que son muy agresivos o dominantes, aunque como he contado anteriormente, debemos analizar luego el resto de su cuerpo y el qué nos dice, porque a lo mejor está intentado enmascarar un gran complejo de inferioridad.


Otro gesto de estrechar la mano y con el que se puede encontrar es el saludo tipo anguila, que es el que se produce cuando una persona nos da su mano y ésta, se nos escapa, está blanda, sin vida. Esta forma de saludar produce mucho rechazo y muestra poco interés o una persona con complejos o apocada.


Y por último, el saludo tipo guante, que consiste en el apretón de manos tradicional, al que se suma, la otra, para envolver totalmente la mano del saludado. El iniciador de este saludo quiere dar la impresión de que es una persona honesta y digna de confianza, pero si el receptor no conoce mucho a esta persona, puede producir el efecto contrario y puede generar desconfianza. A este tipo de saludo, también se le suele llamar “apretón de manos del político”.


Muchas veces, no sé es consciente de cómo se saluda, por eso es muy interesante que le pregunte a sus amigos, para que le digan de qué forma lo hace, y así realizarlo de la manera más conveniente.


Conocer el lenguaje del cuerpo, le permitirá leer el pensamiento de otras personas y le ayudará a conectar con ellas. Controlarlo, mejorará su seguridad y expresará sólo aquello que quiere decir, de palabra y de hecho. Esto no significa que pierda su naturalidad, sino que haga y diga las cosas de la forma más conveniente, dependiendo de la situación.

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