miércoles, febrero 07, 2007

En busca de la FELICIDAD






Acumular impulso para realizar un cambio es admirable, dicen los expertos, pero recomiendan mantener los pies sobre la tierra a quienes cambian de carrera

Carlin Flora

Psychology Today



Por allá en 1978, Joanne Davidow era una frustrada vendedora de 35 años que trabajaba en una refinada boutique de ropa para damas. Se sentía asfixiada. “Si le doy mi opinión del negocio a los dueños, no quieren escuchar de mí”, dice.

Desesperada por conseguir un cambio, estudió para presentar un exámen y obtener una licencia de bienes raíces. Hoy tiene a 70 agentes que trabajan para ella en la firma Prudential Fox & Roach, con sede en Filadelfia, y facturó 50 millones de dólares en 2004. “No tenía idea de si tendría éxito o no”, señala Davidow. “Pero en mi primer día como agente de bienes raíces, me sentí como pez en el agua”.

Casi la mitad de la población activa estadounidense cambia de carrera al menos una vez, según la oficina del censo. Además, en cualquier momento, cerca de la mitad de las personas empleadas dicen que se sienten infelices en el trabajo. Pero la decisión de dejar un empleo fijo –independientemente de cuán atormentador sea éste- es difícil, particularmente si un puesto anhelado requiere nuevas destrezas o una formación especializada.

Las abejas obreras a menudo fantasean sobre escaparse del cubículo para hacer algo más práctico, comenta James Borland, coach (asesor) de The Five O'Clock Club, un centro de asesoramiento profesional. "Particularmente si las han dejado marcharse, muchas personas dicen, ‘voy a comprar una posada en el campo’. Pero no se dan cuenta de cuán duro tendrían que trabajar”.

El equilibrio

Acumular impulso para realizar un cambio es admirable, dicen los expertos, pero recomiendan mantener los pies sobre la tierra a quienes cambian de carrera. Usted debería asegurarse de que el trabajo de sus fantasías es tanto económicamente viable como cónsone con sus fortalezas y valores personales antes de dar el salto.

“A menudo, cuando alguien quiere volver a estudiar, lo hace como un escape”, señala la asesora profesional Julie Jensen. Las personas que adoran los estudios, agrega, pueden inscribirse despreocupadamente en programas académicos sin evaluar de manera crítica los empleos a los que estos estudios las conducirán.

Sin embargo, volver a estudiar es la única forma de realizar un brusco viraje de carrera. Tess Autrey Bosher, de 30 años, renunció a un salario muy elevado para dedicarse a su pasión: cocinar. Aunque disfrutó su permanencia en la facultad de leyes, se sintió infeliz durante los tres años que se desempeñó como abogado. Renunció a su bufete para asistir al Instituto de Educación Culinaria (Institute of Culinary Education), en Nueva York, donde la mayoría de los estudiantes son gente que busca un cambio de carrera. Ella espera poder trabajar en un restaurante francés, donde seguramente ganará poco más del salario mínimo.

Enfrentar la realidad

Los trabajadores frustrados a menudo descubren que las semillas de una carrera más fructífera se plantaron mucho tiempo atrás. Christina Drogaris, de 30, estuvo en frenéticos empleos en producción cinematográfica durante cinco años después de terminar la universidad. Pero siempre había tenido un talento natural para el diseño interior; cuando era niña acompañaba a su madre, quien comerciaba antigüedades, a exhibiciones de muebles. Después de estudiar detalladamente el campo, decidió asistir a clases nocturnas en la escuela de diseño Parson's School of Design, en Nueva York. “Los estudios me resultaron mucho más fáciles en esta segunda ocasión”, señala. “Finalmente sabía qué quería hacer, por lo que me encantaba ir a clases”.

Jensen le recomienda a la gente que desea probar suerte por su propia cuenta, que hagan una pequeña movida antes de dar el gran paso: realice algún trabajo de investigación, por ejemplo, o trabaje como voluntario en un restaurante antes de meterse en la escuela de estudios culinarios.


“Usted necesita desglosar el panorama en pequeños pedazos, de forma que no sienta que debe saltar un abismo profundo, indica la asesora y psicóloga Ellen Ostrow. "Hable con personas que han realizado esta clase de transición y elabore una estrategia. A menos que esté en la cárcel, usted no está atrapado. Tiene opciones”.

Traducción

José Peralta

No hay comentarios.: