jueves, enero 11, 2007

El LIDERAZGO sin Estrés ha llegado



....Además de ser perfectamente posible, es más sencillo


Liderar un equipo con buen nivel de estrés es ser un buen jefe. Según los estudios realizados, la planificación de las tareas, los sistemas y procesos adecuados, el buen liderazgo y una adecuada comunicación, se correlacionan con el buen nivel de estrés, maximizan la eficacia y la rentabilidad, así como la satisfacción laboral, además de evitar la fuga de empelados claves.

Por: Mónica Grossoni, Socia –directora de SocialNet Grossoni.
Resumen

En este artículo de describen algunas prácticas en relación con el estrés laboral y la dirección de equipos de trabajo. Se rebaten creencias comunes y sin base, sobre el estrés y se potencia el factor emocional en el management.

Voy a describirles el panorama del estrés en la empresa española. Hay cuatro grandes tipos de riesgos laborales de origen psicosocial: el acoso laboral o mobbing, el estrés o en se expresión extrema burning out y la depresión laboral. Las cifras de bajas laborales y perdidas económicas empiezan a ser alarmantes. Los psiquiatras empiezan a dar la voz de alarma, el estrés y la depresión están llegando a ser alarmantes y no se prevé que cambie la tendencia. Sin embargo, paradójicamente aún tiene estatus de una enfermedad común en lugar de enfermedad profesional. Es decir, existe un vacío legal que deja prácticamente desprotegidos a miles de trabajadores.

Como un iceberg:
La gente suele “darse cuenta”, aunque más bien hay que decir que aceptan la situación, cuando el proceso ya está muy avanzado y los síntomas fisiológicos ya son enfermedades orgánicas avanzadas; O estando en plena crisis de ansiedad y estrés. Esto supone dos cosas: A) la necesidad de bajar la ansiedad mediante la ingesta de psicofármacos, y B) una baja laboral, que suele durar mas allá de la baja médica por la enfermedad física. Rondando un mínimo de 6 meses. Quizás no son tan abultados los casos numéricos de bajas por estrés. Quizás por que el diagnostico oficial, le corresponde al médico en medicina y esta dolencia aún es bastante poco abordada por esta especialidad de la ciencia. Y quizás también por que hay muchos casos ocultos entre los miedos de las plantillas.

El fenómeno de la victimización:
En muchas ocasiones escucho a mis clientes decir “Estoy angustiado, estresado, pero si digo algo, me tachan de flojo”. Lo primero es hacerle entender que la víctima nunca es culpable. Realmente creen que son culpables por no poder hacerlo todo como “se debe hacer”, porque creen que “no dan la talla”. Y otros compañeros o familiares tienen expectativas sobre lo que la persona ha de lograr en su trabajo, en la vida. Decirles “ahora no puedo lograrlo”, es decir “soy un fracasado”. Aunque no es del todo cierto, incluso por parte de compañeros no hay apoyo, a pesar que todos comparten las mismas condiciones y puede que a la larga sufran el mismo destino.
Creencias irracionales sobre el estrés y la ansiedad:
Otra creencia muy popular es que “un poco de estrés es necesario para lograr buenos resultados en el trabajo”. Esto es tanto como decir, que “la letra a palos entra”. Pues bien, se puede no sólo mantener la rentabilidad de la empresa sino mejorarla, si cuidamos el nivel de estrés. Esto lo piensan y dicen mucho los líderes. Cierto que ser perfeccionista, luchador incansable, trabajador y sacrificado les ha llevado muy lejos, pero no toda la plantilla es capaz de llevar el mismo tren de vida laboral.

Todas las formas de organizar el trabajo, de estructuras empresariales, de puestos de trabajo crean estrés en alguna parte de la plantilla. Por dos motivos: nada en este mundo es perfecto, y porque cada persona tiene un umbral de estrés distinto y valora como agente estresor a diferentes cosas y en momentos diferentes de su vida tiene más o menos resistencia al estrés. Por tanto, no es posible una empresa donde NADA estrese. Siempre habrá un poquito de estrés en alguna parte. Lo importante es vigilar para que se mantenga dentro de unos límites no patológicos. Y en esto hay que decir que los líderes, supervisores, mandos medios, directivos, empresarios son los que han de observar y saber reconocer las señales de estrés alarmante.
Pues ellos están a “pie de obra” en el trato directo con los equipos humanos. Se trata de “saber cuándo el coche tiene un ruidito y llevarlo al mecánico para que lo arregle, de acuerdo al concierto establecido con el taller mecánico”. Lo malo es que el estrés deja pocas huellas visibles y hay que educar la mirada muy bien. Como líderes, entre sus competencias están el conocer a su equipo, a su gente, y gestionarlos para que realicen el trabajo.
En el caso de que la plantilla que tiene el supervisor sea muy nutrida, se dificulta mucho el conocer al equipo. En tal caso, la solución es solicitar apoyo a otros departamentos cuya función es ésa. Se suele proponer realizar un estudio social interno que a menudo es estudio de clima laboral. Esta práctica es del todo inapropiada porque estudia otras variables algo relacionadas, pero no estudia el fenómeno en sí. Como dice el dicho “si quieres clavar un clavo utiliza un martillo, no una tuerca”. En realidad, cuando esto se hace es porque se desconoce el fenómeno del estrés, sus instrumentos de medida y tratamiento. En la fase de evaluación es fundamental que esté bien realizada. Que permita describir bien el fenómeno tal y como se presenta en nuestra empresa para asignar las medidas correctivas justas.

Aunque al final de todo, la empresa no suele actuar y si actúa aún lo hace con una metodología antiestrés cuestionable, de modo que se suele proponer la salida del trabajador, el cual se siente indefenso.

Con todo esto quiero decir que liderar un equipo con buen nivel de estrés es ser un buen jefe. Según los estudios realizados, la planificación de las tareas, los sistemas y procesos adecuados, el buen liderazgo y una adecuada comunicación, se correlacionan con el buen nivel de estrés. Es decir: no hay que hacer nada EXTRA, sino poner algo de atención, mucho sentido común y sin más: hacer bien el trabajo que ya teníamos encomendado. Recuerda que un trabajador estresado rinde poco y nada. Y estaremos haciendo poco bien nuestro trabajo de supervisores si dejamos “puestos por ahí” los estresores a nuestro alrededor.

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