martes, enero 30, 2007

La Superación está en ti, Atrévete a Encontrarla






Mucho se habla del cambio, del cambio personal. Miles de bibliografías y programas tratan temas inherentes a la tan anhelada transformación. Solemos buscar reglas de oro, fórmulas mágicas que de un día para otro nos conviertan en seres mejores, en triunfadores, pero lamentablemente eso no es así.


No es cuestión de hechizos, ni magia. Es un proceso lento y a veces hasta doloroso. Es como si apretáramos una herida que se ha infectado, para sacar todo aquello que es nocivo, pero que amerita un tratamiento de curación, y cuando la herida sana, ya no sentiremos más dolor, ni quebrantos. Ese precio hay que pagarlo. Es cuestión de actitud.

Existe una onda de motivación en todos los niveles organizacionales, sociales y familiares. La gente está en la búsqueda de la felicidad. Se acude a expertos, conferencistas, quienes de manera muy loable aportan todas las técnicas y estrategias que coadyuvan con ese crecimiento y depuración que tanto añoramos.

Pero todo esto será inútil si nosotros no internalizamos esa necesidad, si no concienciamos acerca del trabajo que conlleva ser seres excelentes, triunfadores y dueños de nuestros destinos.

Si no nos disciplinamos, esforzamos y perseveramos para alcanzar los objetivos que nos hayamos propuestos, si no colocamos a un lado ese Ego que no nos permite aceptar que necesitamos ayuda, porque somos humanos que tenemos rasgos en evolución, que iniciamos un proceso de crecimiento desde el mismo día cuando vinimos a este mundo y que tenemos un proyecto de vida por el cual debemos trabajar arduamente.

Nunca lo lograremos si no dejamos de culpar a los demás por los propios fracasos, si no dejamos de creer que somos víctimas de la mala suerte, si no execramos los viejos paradigmas y si de una vez por toda, no empezamos a querernos más y a pensar en nosotros como seres que vinimos a este mundo a vivir plenamente y que no podemos esperar que otras personas nos hagan felices, pues la dicha y la felicidad depende de cada quien.

En cada uno está la decisión de crecer o no, de permanecer esperando o lograr que las cosas sucedan. Nadie podrá hacer por nosotros aquello que deseamos, porque cada cual está caminando en su propio camino.

En el desarrollo del individuo, existen lo aparente y lo oculto, lo público y lo privado, lo superficial y lo profundo, todo depende de su interés personal.

En lo que respecta a la llamada estructura superficial, vemos a muchas personas que aparentan ser felices, ser unos triunfadores únicos, pero cuando se encuentran a solas, con mucha tristeza descubren que no han logrado llenar ese vacío que los hace sentir como si algo les faltara, dado que un título es una meta, una casa es un logro, pero existe una mayor satisfacción que muchos seres no logran hallar y que sólo se puede llenar cuando se atiende el mundo espiritual, cuando se enriquece el alma y se fortalecen los valores tales como la solidaridad, cooperación, la humildad, la comprensión.

En la estructura profunda, está nuestra verdadera realidad, nuestro verdadero ser, ése que sólo vemos nosotros, y del cual no nos podemos esconder. Ahí están los íntimos temores, las iras, los paradigmas y complejos, las culpas y resentimientos, así como también nuestras habilidades, destrezas y el tesoro personal Es esa parte de nosotros que no podemos maquillar, y tampoco hacer callar. En la estructura profunda es donde debemos trabajar de manera ardua, persistente e inexorable, pues cuando atendemos el mundo interior, lo demás ya no necesitará de representaciones y poses, dado que al estar bien por dentro, lo estaremos por fuera y los demás también lo percibirán, a través de una natural sonrisa, la espontaneidad y los comprensivos gestos.

Esto se consigue cuando aceptamos que todos estamos acariciados por la muerte desde el mismo día de nuestro nacimiento, cuando abordamos el tren de la vida, el cual pasa por varias estaciones y nunca sabremos cuándo nos tocará descender, y que cuando nos bajemos lo haremos sin equipaje alguno, sólo nos iremos con las satisfacciones por lo vivido, las enseñanzas que dejemos y las obras que hayamos construido.

No hay comentarios.: